“Aquí todos los periodistas pueden preguntar y son bienvenidos. No expulsamos a ninguno ni los dejamos fuera por incómodas que sean sus preguntas”, esta frase la dijo ayer miércoles la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

A priori a todos nos puede parecer una afirmación acertada y positiva, un político dando libertad a la presna, abierto a responder y a que los profesionales pregunten, pues no, a todo el mundo no le ha parecido bien la intervención de Ayuso. 

Al PSOE le ha parecido indignante, ultra, intolerable. En opinión de los socialistas, la madrileña siempre está en "el lado incorrecto", dando su apoyo a los "agitadores que boicotean el trabajo de los periodistas". 

Sí, Ayuso da libertad de preguntas, y está con 'agitadores' y 'boicotadores', ya lo dijo ayer Patxi López: los periodistas que no le gustan son "enemigos de la democracia" y "apóstoles del odio" que "constituyen un peligro para nuestro modelo de vida en común". 

Y es que el Sanchismo continúa con su plan de censura, ahora con la reforma del Reglamento del Congreso. Todo con el objetivo de poder sancionar a los periodistas acreditados en el Congreso y revocar muchas de estas acreditaciones a los medios incómodos, acusándoles de obstaculizar la labor parlamentaria y de la prensa en la Cámara. En definitiva, se trata de expulsar a los periodistas y medios que no alaban al señor presidente y que hacen preguntas incómodas, es decir, se trata de censurar.