
En concreto lo que dijo fue esto: "Es tarea de quien tiene responsabilidad de gobierno aplicarse para construir sociedades civiles armónicas y pacíficas. Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer".
Y lo dijo en su discurso ante el Cuerpo Diplomático. Pueden leerlo entero, este Papa no hace discursos largos.
Hasta entonces, todos habían sido elogios para Prevost, que seguirá, claro que sí, la estela de Francisco, o al menos del Francisco que esperaba la modernidad eclesiástica. Pero resulta que no, que se ha atrevido a decir lo que durante toda la historia, todas las culturas, todas las civilizaciones, han dicho desde que el mundo es mundo: que la familia es un varón que se compromete con una mujer y que gracias a ella, la raza humana se mantiene sobre la faz de la tierra.
Desde ese momento, desde que León XIV pronunció las palabras prohibidas, todos los progresistas astutos se dieron cuenta de que se habían equivocado con él: no es de los suyos. Bueno todos los progres astutos... y hasta Yoli. Sufre Prevost: Yoli ya no te hará un seguimiento semanal, como hacía con Francisco. No sé si va a poder ejercer como Papa.
Pero claro, vivimos en una sociedad que rehuye la obviedad. No la solemniza, que es otro tipo de estupidez, pero sí la rehuye.
Lo dicho: que el Nuevo Orden Mundial (NOM) ha descubierto que este Papa es católico, o sea, que no es de los suyos, o sea, que hay que fusilarle. Fusilamiento democrático, se entiende.
Lo cierto es que León XIV ha puesto en solfa, con unas pocas palabras, toda la ideología de género.