El cargo de vicepresidente de Estados Unidos siempre ha sido uno de las más cotizados, al ser el principal trampolín para acceder a la Presidencia, si bien pocos vicepresidentes de la primera potencia mundial han jugado un papel verdaderamente relevante en las Administraciones estadounidenses.

Sorprende por eso el importante rol que está jugando en la segunda Administración Trump el actual vicepresidente JD Vance. Todo ello a pesar de su juventud, dado que asumió el cargo con 40 años, siendo la tercera persona más joven de la historia del país en hacerlo.

Tras casi cuatro meses en el cargo, Vance ha asumido un perfil institucional e internacional mucho más intenso que otros vicepresidentes del pasado. Se ha erigido en el principal referente ideológico de la Administración Trump, con discursos de importante calado como el que pronunció durante la marcha anual provida en Washington DC o en la Conferencia de Seguridad de Munich, criticando a la Unión Europea por su defensa a ultranza del progresismo y criticando la falta de libertad de expresión en el Viejo Continente.

También en el plano internacional ha participado en los asuntos más relevantes. Desde la negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, pasando por los estratégicos viajes a India e Italia, donde se reunió con la primera ministra italiana Georgia Meloni y también mantuvo un encuentro en el Vaticano con el difunto Papa Francisco. El destino quiso que Vance fuera el último líder político al que viera con vida el pontífice argentino, que siempre fue un crítico acérrimo de la Administración Trump, tanto en el primer mandato como en el segundo, a pesar de ser el ejecutivo estadounidense que más ha protegido los valores cristianos en las últimas décadas.

Su defensa a ultranza de la familia tradicional, abogando por la necesidad de incrementar la natalidad en Estados Unidos, y el hecho de que siempre viaje acompañado por su esposa, la segunda Dama Usha Vance y sus tres hijos pequeños, evoca la imagen de los grandes líderes americanos.

Esta semana, el relevante senador por Indiana, Jim Banks en una cena en Washington DC organizada por el editor jefe del American Spectator, una de las revistas más prestigiosas de línea conservadora en Estados Unidos, ha afirmado así: JD Vance será el nominado presidencial en 2028, recuerden mis palabras”. Banks también predijo que Vance ganará las elecciones presidenciales de 2028 si logra que los republicanos sigan las directrices de ”disminuir la influencia de China y reorientar el comercio global, convertirse en un partido pro-trabajadores, buscar la paz a través de la fuerza, reindustrializar Estados Unidos y sustituir el movimiento woke por el patriotismo”.

El propio presidente Trump, quien ya no puede presentarse a un tercer mandato en 2028 por la limitación de mandatos que prevé la vigésimo segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos, días atrás, reflexionaba que su sucesor probablemente será JD Vance o el secretario de Estado Marco Rubio.