La conferencia de presidentes que se está celebrando en Barcelona ha tenido un inicio abrupto, cuando la ministra de Sanidad Mónica García se ha acercado a saludar a la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso y esta le ha espetado: "¿Todavía quieres saludar a una asesina?". Se refería Ayuso a las acusaciones vertidas por García por su gestión sobre las residencias durante la pandemia. Mónica García le habría respondido con un "¿perdona".

Poco después de eso, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha dirigido unas palabras a la prensa intentando mostrar un talante dialogante y democrático, es decir, totalmente alejado de su personalidad: "El Gobierno llega a esta Conferencia de Presidentes con voluntad de diálogo y soluciones", por lo que  les ha pedido que dejen "la crispación en el perchero". El tema que ha propuesto abordar ha sido el de la vivienda. 

Tiene su gracia que Sánchez pida a los demás que no hagan justamente lo que hace él, que es enfangarlo todo, mediante declaraciones --no hay más que ver cómo difama desde su escaño del Congreso- o mediante operaciones de cloaca, como las que se han descubierto estos días con la publicación de los audios de la fontanera del PSOE, Leire Díez. 

Volviendo a Díaz Ayuso, según algunas informaciones efectivamente la presidenta de la Comunidad de Madrid, tal y como había anunciado, ha abandonado la sala mientras se producían las intervenciones del lehendakari vasco Imanol Pradales en euskera y del presidente anfitrión Salvador Illa en catalán. Pero, una vez terminadas, ha vuelto a entrar en la sala. 

Del encuentro de los presidentes autonómicos con Sánchez también ha trascendido que sus homólogos de  las comunidades autónomas gobernadas por el PP, excepto el de La Rioja, le han pedido elecciones generales, cosa que al inquilino de la Moncloa no le habrá hecho ninguna gracia, porque les ha respondido: "No habrá elecciones hasta 2027" .