Un José Luis Escrivá visiblemente molesto se presentó este miércoles, fuera de guion, en la presentación a la prensa del nuevo Plan Estratégico del Banco de España. En un momento dado y ante las preguntas sobre la reforma del organismo, el gobernador soltó la perla: “Si hay alguien cualificado en España para impulsar reformas de este tipo soy yo”. ¡Y olé!

Según él, lleva más de treinta años dirigiendo servicios de estudios y equipos de economistas, fue el creador de la AIReF, trabajó en el BBVA y en el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés). Conviene recordar que el propio Escrivá presumió, siendo ministro, de haber trabajado durante diez años en el BBVA como banquero de inversión. Ni lo uno ni lo otro. En cualquier caso, llama la atención la modestia de José Luis: nadie como él… en España.

El gobernador está molesto porque se está poniendo en duda su reforma, y no es para menos, tras las salidas de los directores generales más relevantes. El último, Ángel Gavilán, que el martes advirtió, en el Foro Medcap 2025, que la desaceleración económica continúa en el segundo trimestre.

Pero, ¿cómo no se va a poner en duda la reforma -y la independencia- del Banco de España si el propio Escrivá asegura que el BdE, históricamente el Servicio de Estudios más prestigioso del país, no tiene la capacidad técnica de la AIReF? Lo afirmó este miércoles en alusión a las pensiones públicas.

“El Banco puede entrar a dar su opinión, pero ni de lejos tiene la capacidad de información técnica (de la AIReF) para aportar sobre el tema de la sostenibilidad de las pensiones”, señaló. En otras palabras, el BdE no emitirá más informes acerca del sistema público de pensiones si es para criticarlo.

Y el que dice pensiones dice todo aquello que pueda poner en entredicho la política económica del amado líder, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Los toques de atención se reducirán a cuestiones menores o cuya evolución no dependa exclusivamente de Moncloa. Tiempo al tiempo.

De momento, Escrivá ha reducido a dos los cuatro departamentos anteriores, bajo un modelo matricial, con el objetivo de establecer sinergias entre las distintas áreas del Banco y eliminar duplicidades, principalmente entre Planificación Financiera, Operaciones y Economía, antaño el pilar sobre el que se sustentaba el prestigioso Servicio de Estudios.

Por cierto, sigue adelante la primera medida de la era Escrivá: revisar la Ley de Autonomía del BdE que limita los mandatos a seis años. Pueden ser pocos para tanta reforma.