
La Internacional Socialista que preside Pedro Sánchez atraviesa sus horas más bajas por la proliferación de la corrupción en el PSOE, el caudillismo de su presidente en España y los ataques antisemitas a Israel que no secundan todos los socialistas del mundo.
Desde su nombramiento en 2022 al frente de la IS, su gestión no está exenta de controversia y de generar no pocas críticas a la reputación, tensiones internas con algunos miembros de la ejecutiva, decisiones sobre ubicaciones y divergencias ideológicas. Algunas fuentes incluso aluden a la falta de transparencia democrática. Mucha ideología, personalismo y división, pero poca cohesión y diplomacia constructiva para ganar camaradas.
Con Sánchez la IS ha perdido poder de influencia en el mundo y eso que él le apasiona patrimonializar la lucha contra toda oposición a la Agenda 2030, el trumpismo, los partidos patriotas en Europa descalificados de extrema derecha y en aliarse con las narco-dictaduras del Grupo de Puebla, entenderse con terroristas de Hamas, Irán o Yemén, al tiempo que abre la más grave crisis con Israel de los últimos años.
Para ser el primer presidente español de la IS desde su fundación en 1952, su liderazgo resta mucho de ser excelente. Sobre todo porque los numerosos casos de corrupción que asolan al presidente del Gobierno español, al PSOE y su familia acorralada por la justicia, así como las prebendas a golpistas, terroristas y anti-constitucionalistas en España, están pasando factura a la reputación de la IS. Como en España ya no se piden ni responsabilidades ni se dan explicaciones. El caudillismo en persona.
El declarado antisemitismo del presidente del gobierno español compromete a la IS que agrupa a 132 partidos socialdemócratas, socialistas y liberales de todo el mundo, creando malestar en algunos de sus asociados. Entre ellos en las filas de partidos socialdemócratas de Israel y otras formaciones pro-judías. Los propios estatutos y valores de la IS así como su Carta Etica, piden respetar los principios fundamentales de igualdad y no discriminación, y nunca antes en la organización se había declarado una guerra abierta contra Israel, al que Sánchez califica de “Estado genocida” por responder en Gaza a los atentados de Hamas el 7 octubre 2023 sobre territorio hebreo.
La comunidad judía en Europa ya ha afirmado que Sánchez: «Es el mayor agitador anti-Israel de la Unión Europea». A este paso sólo le resta decretar una nueva expulsión de judíos de España como en tiempos de los Reyes Católicos o retirar la nacionalidad española a los judíos sefardíes que aprobó el Congreso en el 2015 a propuesta de Rajoy. La actitud del PSOE-franquista de Sánchez, sin pretenderlo, emula a Franco que nunca apoyó ni quiso reconocer el Estado de Israel.
La conducta antisemita del jefe de gobierno español y secretario general del PSOE es doblemente grave porque la IS se caracterizaba hasta la fecha por mantener relaciones especialmente cercanas con organizaciones judías en todo el mundo y con países que luchan contra el antisemitismo.
Permitir que un presidente emita proclamas antisemtitas incluso desde el Parlamento español, cuando la IS se ha distinguido por combatir históricamente la discriminación y la injusticia, supone un mensaje contradictorio que daña la credibilidad de la organización socialista a escala global.
Se presume que el Partido Laborista Israelí, (Ha'Avoda) -un partido con profundas raíces en el sionismo socialista, miembro de pleno derecho de la IS y con una base importante dentro de la comunidad judía en Israel-, está preparando alguna respuesta a la declaración antisemita de Sánchez contra Israel, país que aspira a vivir en paz en la región mientras que sus adversarios proclaman su aniquilación.
Los problemas diplomáticos entre España e Israel, agravados a raíz de las matanzas masivas de Hamas y poco después el reconocimiento del Estado de Palestina por parte del gobierno español, tampoco ayudan.
Hace unas semanas Sanchez anuló un contrato millonario con Israel para la compra de balas lo que supuso un nuevo agravio por incumplimiento de contrato. El último y más reciente, declarar la semana pasada en público al estado de Israel un Estado genocida por los hechos en Gaza. Que todo ello se haya hecho estando al frente de la IS, coloca en un buen brete al resto de los partidos socialdemócratas sobre todo europeos que no secundan la posición de Sánchez respecto al estado judío.
Las críticas vehementes del presidente contra Israel -ni siquiera de toda la IS- no se corresponden con el silencio a otros genocidios actuales desde hace mucho más tiempo en Siria, Congo, Sudán, Nigeria, Nagorno-Karabaj, en la región china de Xinjiang o incluso Ucrania. Al contrario, en contra del espíritu comunitario y atlantista, Sánchez se distancia de EEUU. El triunfo de Trump fue valorado por el presidente de la IS y del gobierno español como la victoria de la “Internacional Ultraderechista”. Con estas credenciales la IS pretende crear puentes de diálogo multilateral.
Según cuentan algunos medios internacionales, Sánchez hizo dimitir a la número dos de la IS, la ghanesa Benedicta Lasi poco tiempo de ser nombrada, víctima de una campaña de hostigamiento por razones de “raza y género” según ella. Tal vez porque Lasi acusó a Sanchez de saltarse algunos protocolos internos y de la falta de presentación de las cuentas anuales.
Osea Sánchez puede permitirse el lujo de ir en contra de la constitución española y gobernar sin PGE desde hace unos años, pero despide a quien no los elabora en la IS sin pautas previas de la presidencia. La doble vara ética de Sánchez parece que ya no sorprende a nadie en la esfera socialista internacional.
Algunos medios critican también que una cumbre internacional organizada por la IS en diciembre del 2024 en Rabat fuera un auténtico fracaso, hasta el punto que ni siquiera el rey de Marruecos Mohamed VI se dignase hacer acto de presencia, ni en la ejecutiva ni en las previas de Mujeres ni del Buró africano. El Palacio Real marroquí se abstuvo también de recibir al presidente de la IS, a la vez presidente del gobierno español y secretario general del PSOE, así como de mandar misiva alguna al cónclave de la multinacional socialista como suele ser preceptivo.
Sánchez tampoco recibió en dicha ocasión los honores protocolarios cuando aterrizó en el aeropuerto marroquí ni por parte del rey, del estado ni del gobierno, salvo del secretario general del partido marroquí USFP (Unión Socialista de Fuerzas Populares), según reveló la prensa local.
Las mismas fuentes añaden que las declaraciones de Sánchez en nombre de la IS favorable a lanzar una cruzada ideológica contra las derechas (“metiendo en el mismo saco a liberales, cristianodemócratas, populares y nacionalistas y apoyando a minúsculas agrupaciones socialistas africanas “en contra de las dictaduras militares” instauradas recientemente en algunos países”), no sentaron nada bien.
Hay que recordar las excelentes relaciones de Mohamed VI con el presidente norteamericano Donald Trump, al que Sánchez -al igual que hace con Israel- descalifica en público de “ultraderechista” y de apoyar el sionismo de Israel en Gaza.
A la crisis diplomática con Israel (mientras recibe alabanzas de Hamas, Irán, Yemen o la Liga Arabe) se le suman otros frentes diplomáticos de Sánchez con más países como Marruecos, el Sahara, Argelia, Venezuela, Argentina o ahora con EEUU. por los aranceles de Trump y el insulto de “ultraderechista”. Mientras medio mundo procura no echar sal en las heridas, Sánchez proclama -en contra del consenso de la UE- ser el mejor aliado de China en Europa en su guerra comercial con Washington.
A todo esto hay que añadir la propuesta de boicot emitida desde el ente público manejado por el gobierno español como es RTVE de impedir que Israel participara en el festival de Eurovisión. Quién debería cantar es otro candidato menos musical. Desde luego, no parece que toda esa falta de tacto diplomático con tantos países sea la mejor recomendación para presidir la IS que aboga por la fraternidad y la camaradería.
El descrédito de la IS parece haber aumentado hasta el punto que algunos partidos socialdemócratas europeos echan en cara que se use el cargo como plataforma de proyección personalista de Sánchez a nivel internacional y se haya distanciado ideológicamente de partidos de la esfera más moderada de la socialdemocracia (como es el caso entre otros muchos del SPD de Alemania), hasta haberse orillado más a la izquierda. El partido socialdemócrata alemán del ex-canciller Olaf Scholz, llegó a declarar que la “Internacional Socialista ya no es la voz de la libertad”.
Mientras los estatutos de la IS velan por la transparencia, la igualdad, los principios éticos y el respeto a la división de poderes, los numerosos escándalos que acompañan a su presidente Sánchez aferrándose al gobierno de España, junto al dinamitado principio de igualdad entre los propios españoles, tampoco ayudan a la reputación democrática de 132 partidos socialistas en el mundo. El declive pavoroso de la socialdemocracia en Europa y la falta de estrategias correctivas en la IS, son igualmente razones de empezar a oírse “ruido de sables”.
Pese al aparente calamitoso expediente, Sánchez debería explicar cuanto antes si son fundadas las sospechas que le relaciona presuntamente por “comprar” la presidencia de la IS con dinero de la petrolera venezolana PDVSA, país de muy dudoso respeto democrático adscrito a la órbita del Grupo de Puebla. En este exquisito club de talante “democrático” figuran como miembros co-fundadores tanto Zapatero como Oriol Junqueras (el golpista de ERC), además de Lula da Silva (condenado por corrupción), Rafael Correa, Evo Morales y hasta el ex juez prevaricador Baltasor Garzón en su calidad de coordinador.
Más grave para España parece que el PP de Feijóo, con su típico buenismo al estilo Olaf Scholz, esté haciendo méritos para pedir el ingreso en la IS por sus tibiezas en la oposición y alineamiento al PSOE.