https://www.youtube.com/watch?v=NgPIFd_gwF4
En 1520, el cruel rey danés Christian II está decidido a arrebatar el poder y la corona sueca al regente Sten Sture, cueste lo que cueste. Entre tanto, las hermanas Freja y Anne prometen vengarse de los hombres que asesinaron brutalmente a su familia. Todo llega a su punto álgido en el corazón de Estocolmo, donde las hermanas se ven arrastradas a una despiadada lucha política entre Suecia y Dinamarca que culmina en una ejecución masiva, conocida como “el Baño de Sangre de Estocolmo” donde murieron hombres, mujeres y niños acusados falsamente de herejía.
Superproducción sueca que nos traslada hasta uno de los capítulos más dramáticos y sangrientos de su Historia cuando, a comienzos del siglo XVI, se enfrentaron los partidarios de la independencia de ese país y los interesados en mantener la Unión Kalmar, que suponía la unión de las tres monarquías nórdicas: noruega, danesa y sueca.
Inspirada en hechos reales, pero tomándose muchas libertades narrativas, se trata de un film políticamente correcto, que encumbra como protagonistas a dos personajes femeninos ficticios que se codean en este largometraje con personajes reales, como el mencionado rey Cristian II, junto con la regente Kristina Gyllenstierna, el arzobispo Gustav Trolle, Didrik Slagheck y Hemming Gadh. Con grandes dosis de violencia explícita, puesto que fueron años de luchas encarnizadas que no dejaban detrás enemigos vivos, hay mucha acción en este film de reparto coral, en el que se encuentran famosas estrellas escandinavas. En el mismo se echa de menos algo más de seriedad y rigor puesto que su desarrollo, en algunos momentos, parece más extraído de un cómic que de la historia real: esto se palpa en la descripción de los malvados que se retratan como seres muy básicos y demoniacos. Teniendo en cuenta, además, que ese periodo histórico fue decisivo para ese país nórdico desde el momento que marcó el final de la Edad Media y del catolicismo en Suecia.
La película, que en su estreno internacional dura 120 minutos frente a las casi tres horas de su versión original estrenada en su país, cuenta con escenas alargadas innecesariamente para remarcar algún momento de humor negro, que resulta poco gracioso para los no suecos, mientras que opta por un final abrupto, excesivamente corto, que seguramente tenía más desarrollo en la versión original.
Para: los que quieran reconfirmar que la Historia está llena de episodios violentos