Hablamos de la simplificación regulatoria en banca. El tema no es nuevo, pero ha adquirido un nuevo impulso gracias a las voces, cada vez más numerosas, que están a favor, lo que no significa que se estén tomando medidas concretas o que se vayan a tomar en el corto o medio plazo. En Europa todo va muy despacio y simplificar la burocracia no va ser la excepción.

Juan Carlos Escotet puso cifras a esta carga: sólo mantener la regulación actual y los impuestos específicos a la banca absorben el 20% del margen de intereses y las comisiones, es decir, el 20% de los ingresos típicos bancarios. Así lo afirmó durante el 20 Encuentro Bancario organizado por el IESE y FTI Consulting.

Más quejas: la aplicación del MREL (Minimum Required Level of Equity and Eligible Liabilities) supone 200 millones de euros anuales de costes en instrumentos que deben emitir para cumplir con la norma. “Creo que es momento de eficientar esa regulación”, afirmó.

Asimismo, el dueño y presidente de Abanca instó al BCE a aclarar el papel de la banca como catalizador de la sostenibilidad, ya que algunos quieren convertir a las entidades en “gendarme verde”, en policía de las inversiones verdes, una presión que ni siquiera sufren los clientes en sus regulaciones sectoriales. Según Escotet, mientras la Comisión Europea ha suavizado un poco sus exigencias, el BCE no, lo que daña y tensa la relación de los bancos con los clientes.

Conclusión: la simplificación de la regulación bancaria es tan imperiosa como improbable. ¿Y si en lugar de simplificarla, la reducimos al mínimo indispensable? Soñar es gratis.