El lunes comenzábamos la semana con un nuevo episodio de violencia okupa en el madrileño municipio de Pozuelo de Alarcón, con Carlos, propietario que ha sufrido varios ataques por parte de sus okupas, que han llegado a apedrearle. El martes en San Sebastián un nuevo caso de violencia acabó con 2 heridos y 50 desalojados. Todo ha ocurrido tras una pelea con armas blancas en un edificio abandonado y okupado en el barrio de Martutene, los arrestados, de 21 y 35 años, están acusados de un delito de lesiones con armas o instrumentos peligrosos.

Y hoy miércoles continuamos con los vulnerables y su violencia, esta vez en un caso que destapa el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, que se ha desplazado a Gavà. En el municipio barcelonés los vecinos se quejan por las okupaciones que se han convertido en un foco de problemas de convivencia, delincuencia e inseguridad. 

En concreto hay una vivienda okupada en la calle Sarrià, según cuentan quienes viven en la zona, los destrozos causados por los okupas son de tal magnitud que hay amenaza de derrumbe del edificio porque la "estructura está dañada". 

Garriga ha tachado de "intolerable" que se mantenga una situación así, cuando hay "riesgo vital para los vecinos".

Garriga ha explicado que un constructor les ha asegurado a los vecinos que el edificio, que conecta con una obra que se está realizando en la calle de atrás, "se puede venir abajo" si el Ayuntamiento de Gavà o la Generalitat no hacen nada "para sacar a los delincuentes que están en los bajos de ese local".

Los okupas no permiten que nadie pueda entrar y la situación se vuelve insostenible. Según el diputado de Vox, los okupas son inmigrantes ilegales procedentes de Marruecos, y el responsable del partido de Abascal en la localidad, Marc Cívico, denuncia que los problemas también van de "trapicheos y el acoso a las mujeres". 

Garriga asegura que con su visita ha conocido el "testimonio desgarrador que contradice la gran mentira del presidente de la Generalitat de qui la fa la paga (quien lo hace, lo paga). Es falso. Aquí hay okupas y no pasa nada. Hay ladrones y no pasa nada". 

Es más, explica que tan sólo a dos calles de la vivienda okupada hay una tienda que sufre "más de dos atracos semanales", "está condenado a muchos autónomos, familias y trabajadores que están absolutamente desesperados. ¿Hasta cuándo tienen que aguantar los vecinos esta situación?".

"Es muy indicativo que las cárceles de Cataluña y del resto de regiones de España estén repletas de extranjeros; que los servicios sociales estén saturados porque hoy se da prioridad a quien acaba de llegar". "Lo que no podemos tolerar es que llegue más inmigración ilegal y masiva a nuestro territorio nacional, porque sabemos cómo acaba: subidos a un patinete, atracando a ancianas y robando en los comercios".