
En Hispanidad hemos cuestionado por activa y por pasiva la idea de que las mujeres son ángeles y los hombres, demonios… porque sí.
Vamos con un caso en particular. El de una mujer que ha sido condenada por la Audiencia Provincial de León a 12,5 años de prisión por intentar envenenar a su marido con un raticida de difícil detección, que introdujo en unas tabletas de chocolate, ingeridas por la víctima ante la insistencia de su hijo de siete años, que había sido aleccionado por la procesada. Le dijo que él no podía comerlo bajo ningún concepto, pero que se lo debía dar a su padre, a quien debía convencer para que lo tomara. El niño así lo hizo, siguiendo las instrucciones de su madre. Doble variante pues: intento de acabar con la vida de su expareja y, no menos importante, usando como intermediario a un niño.
Como consecuencia de la ingesta de la chocolatina. el padre, según recoge Diario de León, ingresó en la UCI con insuficiencia respiratoria que obligó a intubarlo. También se quedó ciego, apenas podía mantenerse en pie y perdió el pelo.
Salió de la UCI y volvió a ingresar tres veces más, circunstancia que obligó a la intervención de los forenses del Instituto de Medicina Legal de León y Zamora, que determinaron que la cantidad de veneno que había ingerido la víctima podría haber sido mortal perfectamente. De acuerdo a los informes de los médicos, ha perdido la visión y es muy probable que no vuelva a caminar. Tardó en recibir el alta 705 días.
La condenada alegó que una serie de jeringuillas localizadas por la Policía Judicial de la Guardia Civil en su domicilio eran de medicación infantil y negó haber utilizado una que contenía herbicida. Dijo desconocer hasta entonces lo que era el Talio (el químico que contiene el veneno) y justificó que un intento de entrar en la casa de su expareja había sido por un desvanecimiento de uno de sus hijos, no porque pretendiese asaltar la vivienda.