Para entender lo que está pasando actualmente en Telefónica conviene saber que el presidente ejecutivo, Marc Murtra, quiere comprar Minsait, mientras que la opción del consejero delegado de la teleco, Emilio Gayo, se llama Vodafone España. Vaya por delante que ninguna de las dos operaciones está encarrilada, ni mucho menos, y no está nada claro que se vayan a concretar, al menos en el corto plazo.

En cualquier caso, las dos opciones se mueven bajo la máxima que recuerda el modelo de la política inglesa:

-Hay que hacer algo.

-Esto es algo.

-Pues hazlo.

Efectivamente, tras las controvertidas ventas en Hispanoamérica, sobre todo la de la filial argentina, cunde en la planta noble del Distrito C la necesidad de dar un golpe de timón que vuelva a poner a Telefónica en la senda del crecimiento, aunque sea inorgánico.

Murtra quiere comprar Minsait, pero Indra dice que no está en venta. La empresa presidida por Ángel Escribano, siguiendo el modelo propuesto por el CEO, José Vicente de los Mozos, quiere utilizar los conocimientos y la experiencia civiles de Minsait para aplicarlos a la industria de Defensa.

Luego está la opción del número dos de Telefónica, Emilio Gayo: comprar Vodafone España. Hablamos de una operación con un dudoso sentido industrial al precio que se desprende tras un sencillo vistazo.

Vodafone España no cotiza, pero sí lo hace Zegona -bolsa de Londres- cuyo único activo es Vodafone España y cuya capitalización actual asciende a 6.400 millones de euros. Si a esto le sumamos la deuda de 3.500 millones, tenemos que Telefónica debería pagar casi 10.000 millones, más la prima, por hacerse con Vodafone España. Conviene recordar que la deuda de Telefónica ronda los 27.100 millones.

La operación es una locura, como hemos señalado antes, y no parece justificada a la vista del esfuerzo financiero que requiere, pero Gayo, más que Murtra, necesita hacer algo como CEO de la teleco. Además, su dificultad con el idioma de Shakespeare le frena enormemente a la hora de gestionar dos de las filiales más importantes del grupo, Reino Unido y Alemania.

En definitiva, lo de Vodadone España, que Murtra calificó este lunes de “especulación”, suena a coña, además de carísimo si lo comparamos con los 1.500 millones que ofreció el fondo Apax por Minsait. Eso sí, Apax exigía que al frente siguiera estando el CEO, Luis Abril, ahora fuera de Indra, pero sometido a un durísimo marcaje -no puede trabajar en nada sin permiso, durante los próximos años- por negarse a apoyar la compra de EM&E,  propiedad de los hermanos Ángel, presidente de Indra, y Javier Escribano, consejero de Indra y presidente de EM&E.

Conclusión: comprar Vodafone es una locura, comprar Minsait es posible, pero Indra no quiere vender.