
No es lo mismo invertir que comprar algo que ya existe. Por ejemplo, una cosa es acudir a una ampliación de capital de una empresa que quiere expandir su negocio en el exterior y otra distinta es comprar el 10% de las acciones de Telefónica, que ya existen y están en manos de otros.
Lo primero es invertir y una de las consecuencias es la creación de empleo. En el ejemplo, los trabajadores que tendrá que contratar la empresa para llevar a cabo la expansión del negocio. En el segundo caso, sin embargo, no sólo no se crea nada sino que puede desembocar -sucede a menudo- en destrucción de empleo. Tras la entrada de la SEPI, en Telefónica se habla de un ajuste de plantilla de unos 6.000 empleados. En definitiva, la SEPI, en este caso, no invierte, sino que compra para controlar.
Tal vez sea por esa distinción, en las cuentas anuales de 2024, publicadas el miércoles, la SEPI habla únicamente de inversiones por 324 millones de euros, un 9% más que en 2023. En el comunicado no existe rastro alguno de los más de 2.000 millones que destinó para alcanzar el 10% del capital de Telefónica. Es decir, la empresa pública dependiente del Ministerio de Hacienda destinó 324 millones a inversión y más de 2.000 millones a controlar. Y tampoco es válido el argumento de que Telefónica es estratégica y hay que defenderla de los árabes, porque esa defensa se puede hacer perfectamente con el BOE, sin necesidad de hacer un desembolso mil millonario.
Volviendo a las inversiones: de los 324 millones, la partida más importante, 143 millones, fueron a Navantia, seguida de los 85 milllones que fueron a parar a Correos. El dato es significativo porque Correos, que acumuló pérdidas superiores a los 1.200 millones durante los cinco años y medio de Presidencia de Juan Manuel Serrano, el amigo de Pedro Sánchez, siguió en número rojos en 2024, año en el que la empresa, junto a la SEPI y los sindicatos, firmaron una inyección de capital de unos 3.900 millones así como un aumento de la financiación estatal, hasta los 250 millones.
En otras palabras, la gestión pública es un desastre y la prueba de ello es Correos, empresa pública por antonomasia y una de las decanas del holding estatal. La SEPI, por su parte, perdió 501 millones en 2024, año en el que registró una facturación récord de 6.355 millones de euros, un 7,5% más que en 2023.
La SEPI es pública, es decir, si usted es contribuyente, estamos hablando de su dinero.